¿Qué pasa con las salas de conciertos?

Pues qué va a pasar. Que casi no hay. Pero, aunque a veces no lo queramos ver, no es más que un fallo del público. Nadie quiere meter pasta en preparar su local para organizar bolos si luego no va a amortizar toda esta inversión.
La gente espera el año entero para ver a su banda favorita y se pasa el resto de los doce meses sin pasarse por un concierto pues, evidentemente, los del underground no tienen caché. Lo más interesante de todo es que si les preguntas, hablarán largo y tendido sobre su melomanía.
Pero la más atacante de todas las circunstancias es la de los músicos. Algunos se atreven a justificar la falta de apariciones en directo de sus grupos con la escasa cantidad de salas de conciertos. En realidad, lo que tiene gana de decirte es que hay pocas pero aún así no conoce más que una.
Así que ya sabéis, si tenéis ocasión acordaros de esto y visitad las salas de conciertos lo más a menudo que podáis y no os arrepentiréis.